Demetrious Soupolos, de 29 años, y su esposa Traute deseaban con fervor tener un bebé, pero los médicos le dijeron al marido que era estéril. Ante las protestas de su mujer, Demetrius contrató a su vecino, Frank Maus, de 34 años, con objeto de inseminar a la bella Traute. Soupolos pagó a Maus 3.000 euros por el trabajo, que se desarrollaría a lo largo de seis meses, a razón de tres tardes a la semana. En ese período, el vecino se acostó hasta 72 veces con la mujer, fracasando en el intento.