EL EJEMPLO DEL ESCRITOR chileno Roberto Bolaño representa uno de los sprints más prodigiosos de la historia de la literatura. Se consideraba poeta, pero empezó a escribir prosa en 1990, a los 37 años, obsesionado por procurarle a su familia -estaba casado con la española Carolina López y había nacido ya el primero de sus dos hijos, Lautaro- un futuro económico estable. Publicó su primera novela en solitario, sin éxito, a los 44, edad en la que también escribió en sus diarios que estaba seguro de que moriría inédito. Se equivocaba.