Ayer me dieron la extremaunción, y hoy mas solo que nunca, me he dado cuenta que el tiempo es breve, las ansias de poder de algunos de mis compañeros de partido menguan toda mi ilusión, y con todo ello me obliga a presentar mi dimisión, aun conservo el deseo de vivir, ojala yo pudiera ponerle coto a esos que hasta ayer besaban mis pies, y me hablaban de vuesa excelencia, falsos, fariseos de España, que me han tirado hoy a la cuneta.