La cultura no esta de moda. Ni el cine, ni la música, ni mucho menos los libros o las artes plásticas. A todos nos interesa más hablar de política, fraudes, Urdangarines y despidos en diferido. Que una persona sea capaz de emocionar al ejecutar una pirueta increíblemente costosa no impresiona ni la mitad de lo que puede impresionar la habilidad para sustraer 38 millones de euros.