A los pescadores vascos, sin bacalao, no les quedó otra que recurrir a la tradicional pesca de la sardina. Las chalupas de la época eran de maniobra muy lenta, y se les escapaba los grandes bancos de peces con lo cual hacia falta una embarcación más agil. Así, hacia 1750, un pescador de Fuenterrabía (Hondarribia), diseñó un chalupa más rápida y agil que permitía capturar las sardinas con muchísima facilidad,la trainera.