En casa sin poder ir a trabajar. No porque no quiera, ni porque esté a favor de la huelga, sino porque un grupo de impresentables no me deja abrir mi negocio. Mediante amenazas y coacciones han conseguido, no sólo que yo tenga cerrado mi comercio sino que toda mi calle haga lo mismo, en contra de su voluntad. Esto sí que es indignante que cuatro "perroflautas" que no han trabajado en su vida, ni lo harán (porque no quieren), puedan decidir lo que se tiene que hacer, utilizando la violencia i las amenazas para conseguirlo. Es indignante...