Resulta que hoy, uno de los cazadores del pueblo me ha regalado un conejo que ha cazado por la mañana. A raíz de eso, muchas personas que lo han visto me han dicho “pobrecito”, a lo que yo les respondía “sí, pero cuando te lo comes no te da tanta pena” a lo que ellos me contestaban “es que no como conejo, porque me dan mucha pena”. La respuesta ha sido tan unánime que incluso me han hecho dudar. Veamos, yo como carne, y todos los que trabajan conmigo también. Aunque el conejo me parece un animal bonito, ello no me parece relevante a la hora...