Los peregrinos son sólo adolescentes de 16 años. Dicho esto, cualquier demócrata no puede sentir más que asco al ver las imágenes de anoche en Sol. Ya no sólo fue intolerancia. Lo que anoche en Sol fue el paroxismo del odio contra quien no piensa igual, con slogans tan absurdos como “menos crucifijos y más trabajo fijo” (extraña relación entre legislación laboral y religión), “esa mochila la he pagado yo” (una estupidez que ni merece comentarios), o “Papa nazi” (absurdo, sabiendo que cuando Hitler llegó al poder, Ratzinger tenía 6 años).