Las autoridades australianas tratan este viernes de salvar a las últimas ballenas piloto varadas en una remota isla de Tasmania, tras el masivo varamiento ocurrido el miércoles y por el que han fallecido más de 200 ejemplares. Un "pequeño número de ballenas" volvió a quedarse anoche atoradas en zonas poco profundas, horas después de haber sido arrastradas mar adentro, indicó Brendon Clark, controlador de incidentes del departamento de Recursos Naturales y Medioambiente de Tasmania, en el suroeste del país.