Las misteriosas actividades de la gata del ministro británico de Finanzas, George Osborne, han generado preocupaciones entre las autoridades del Reino Unido. El felino visita la Tesorería, la sede de la Marina y frecuenta algunos bares. Osborne compró la mascota, Freya, como un regalo para sus dos hijos en 2009, cuando su partido, el conservador, estaba en la oposición y la familia vivía en Notting Hill, en la parte oeste de Londres. A los pocos meses, Freya desapareció.