Fuentes próximas al president en el exilio han confirmado que la propuesta ha sido realizada a los partidos derechistas flamencos, y se presenta como una oportunidad de crear un nuevo estado que tendrá que ser reconocido por la UE, y podrá resarcirse de los 32.000 millones de euros que les roban el estado catalán y el belga. Para llevar a cabo ese proyecto proponen su dilatada experiencia en marear la perdiz y en la organización de referéndums con "víctimas".