AGENCIAS. Pasaban escasos minutos de las tres de la tarde cuando la centralita del 112 de la capital murciana comenzaba a recibir un aluvión de llamadas que acabarían por colapsarla. En principio los asustados testigos hablaban de un chino que convulsionaba entre los estertores de la muerte y manotazos, escupitajos y patadas en un conocido restaurante del centro capitalico, requerían la presencia de ambulancias y patrullas de la policía. Desplazados hasta el lugar distintas dotaciones del SAMUR y la policía autonómica encontraron el cuerpo de un individuo de escasa estatura y mucho volumen…