Extracto:
Bush y yo estábamos seguros de que Saddam tenía armas de destrucción masiva, porque les habíamos vendido los componentes. Nos daba igual que las hubiese destruido, porque mi amigo Bush quería petróleo, mucho petróleo.
En la reunión de las Azores mi otro amigo Blair estaba escandalizado con mi inglés y, por qué no voy a decirlo, con mis pectorales. Hablamos de caza y eso, porque lo de Irak ya lo habían decidido las petroleras.