La cervecera ha argumentado que los precios de las oficinas en la capital catalana están bajando tanto que tendrían un ahorro considerable en los gastos de esa partida. "Además el agua de Barcelona es ideal para nuestra cerveza" afirmó el director general de Cruzcampo. Las fábricas de Cruzcampo que se crearán en Cataluña -una vez que la sede fiscal se traslade también- supondrán un alivio para las arcas de la Generalitat.