En vísperas de las elecciones empezaron las huelgas de panaderos, carreteros, zapateros, carpinteros y tranviarios. Estos conflictos acentuaron la crisis económica al retraer los capitales de los negocios y aumentar los parados.
El 9 de julio se reunieron los obreros sin trabajo y un grupo pidió medidas violentas. Fueron a la plaza del ayuntamiento para apoderarse de la caja del establecimiento Barrachina. Después intentaron asaltar el comercio de armas de Schilling, en la calle de la Paz. Tras realizar varias detenciones, la Policía restableció la tranquilidad. También fueron a la huelga…