El intento de suplantación fue frustrado por el FBI. El ataque fue alentado por un ulema del ISIS, Al-kidah, que mediante una fatua ordenó a sus fieles que durante todo el Ramadán se masturbaran y almacenaran el semen para el cambio. De esta forma pretendía que "la verdadera fe entrara en USA a través de la simiente de nuestros valerosos guerreros".
Cada botecito equivalía a una virgen más en el paraíso, según el texto del edicto religioso.