Doce horas de discusión del equipo de asesores de Mas han concluido con un plan de 3245 páginas en el que proponen una consulta simulada en diferido con no sé qué de elecciones.
Mas, en un intento desesperado por no pasar a la historia como el Ibarretxe de Cataluña, argumenta ahora como Cospedal: esto es todo una consulta en diferido, nada de consulta de verdad verdadera.