Científicos de la universidad de Bollullos del Condado han descubierto que, al contrario de lo que se pensaba en los últimos años, tener karma 20 no aporta ninguna ventaja social ni laboral. Tener karma 20 puede incluso suponer un descenso en la productividad laboral, un mayor deterioro de las relaciones sociales, un mayor riesgo de drogadicción y mayores tasas de ansiedad. Son preocupantes además las últimas cifras de karmasuicidios. En el año 2016 el 44.6% de las personas con karma 20 se han karmasuicidado, la mayoría hombres de entre 5 y 15 años de edad mental e informáticos. A la luz de estos resultados el gobierno de Mariano Rajoy ha dedicido tomar cartas en el asunto y propone así un paquete de medidas con el objetivo de hacer menos el ridículo y proporcionar así menos titulares bochornosos que propicien la prostitución karmamentística.