Pablo Iglesias, el mediático líder de Podemos, se encontró ayer por la tarde con una situación que, al menos, ha sido calificada de paradójica. Al concluir su mitin en Umbrete, provincia de Sevilla, decidió despedirse de su público con un sonoro "Viva España" a lo cual, la mitad exacta de la concurrencia respondió con un "Viva" y la otra mitad con un abucheo.
Parte de sus correligionarios le han afeado que emplease lo que ellos consideran un lema fascista mientras que, el madrileño, se defendió diciendo que malamente se puede llegar a gobernar un país al que uno no puede dar un viva.
-Si te presentas a presidente del Betis, tienes que poder decir viva el Betis. Y si no, no te presentes -concluyó.