La organización Transport & Environement (T&E) ha publicado una investigación que pone de manifiesto que los barcos propulsados con gas natural licuado (GNL) liberan a la atmósfera «cantidades considerables» de metano y son más perjudiciales para el clima que los que usan otros combustibles.
Simultáneamente con el reinicio de las exportaciones de crudo, Estados Unidos se inaugura como exportador de gas natural licuado (GNL), a partir de las nuevas instalaciones que está estrenando en Luisiana, en el golfo de México.