A Ucrania viajará el Real Madrid para intentar levantar su 13ª Champions después de no perder ninguno de los dos encuentros que le han enfrentado al Bayern Munich en estas semifinales de la máxima competición europea. Esta circunstancia debe decirse pronto porque a diferencia de la temporada pasada, el equipo blanco ha llegado a la primavera desprovisto de grandes certezas colectivas desde el punto de vista táctico y sin la inspiración individual, con brillante desenlace colectivo en Cardiff, que definió su periplo hace justo un año.

Las múltiples llamadas del Valencia a la RFEF y a la UEFA han dado sus frutos. Finalmente, el Valencia no viajará a Kiev para disputar mañana el partido de la Europa League contra el Dinamo de Kiev. El máximo órgano deportivo entiende que los últimos acontecimientos acaecidos en Ucrania entre el Gobierno y la oposición representan un peligro para la integridad de los jugadores. El gobierno ucraniano ha declarado mañana día de luto oficial y por lo tanto se suspenden todas las actividades deportivas.

A pesar de que la UEFA ha garantizado al conjunto de Mestalla una total protección en su estancia en Kiev, es evidente que existe una cierta sensación de inseguridad en el seno del equipo, y más después de que miles de manifestantes rompieran hoy un cordón policial en las inmediaciones del Parlamento ucraniano. Se han producido choques en las calles Grushevki, escenario de disturbios hace ya varias semanas, y en el cruce de las calles Institútskaya y Shelkovíchnaya, cuando miles de manifestantes han intentado superar las barreras policiales.

En 1941, Josef Kordik, un panadero alemán aficionado al fútbol, caminaba por una calle cuando se fijó en un vagabundo, al que creyó reconocer.Se acercó a el y descubrió que definitivamente lo conocía.Ese vagabundo, vestido con harapos y malviviendo en la calle, era su ídolo Mykola Trusevych, portero del Dinamo de Kiev.Al verlo en tales condiciones, y tras engañar a los nazis, le ofreció un trabajo en su panadería.

Las grandes historias son aquellas que quedan grabadas en la memoria. Las mediocres se olvidan con el paso del tiempo. Los monumentos honran a los homenajeados y sirven para que su recuerdo perdure para siempre. Una escultura de un jugador ucraniano derrotando a una águila, símbolo de la Alemania nazi, da la bienvenida al legendario estadio Zenit de Kiev. La estatua conmemora a los valientes jugadores ucranianos que el verano de 1942 desafiaron al poder del Tercer Reich y se enfrentaron en un partido de futbol al equipo de la Luftwaffe alemana.