Bien entrada la noche, España, o la veintena de latinos que la representan, consumó el milagro en Júpiter, Florida. Nadie, o tal vez muy pocos, la daban como favorita para privar a Israel, y a los tantos peloteros estadounidenses con raíces judías que defienden su camiseta, para obtener el boleto número 13 al Tercer Clásico Mundial de Béisbol; pero sucedió, con marcador de 9-7.