Almería. Un apartamento con piscina y terraza más grande que la cabeza del noteante medio. Playa a tiro de piedra. Brisita, arena caliente y el sonido de las olas para traer la paz y el nirvana a ti y al resto de amigos que habeis encontrado ese paradisíaco modo de vida.
Cierras los ojos. El ambiente parece transportarte... abres los ojos.
Un escritorio gris, unas paredes grises. Un portatil gris y un código gris. No sabes como, pero has pasado del cielo al infierno sin tan siquiera el atasco de rigor.