El agua es un ingrediente infravalorado en la producción de cerveza. De hecho constituye hasta un 90% de la bebida y se requieren entre 3 y 7 barriles de agua para producir uno de cerveza. Muy diferente en todo el mundo, el agua está llena de minerales y compuestos orgánicos que pueden afectar al gusto, la calidad y la composición de la cerveza, lo que resulta en una amplia gama de fermentaciones que varían según la región, el país o incluso entre ciudades.