Una vez le preguntaron a Ron Jeremy cuál era el sitio más raro dónde había echado un polvo y dijo: “En Valladolid”. Y explicó que no fue exactamente un polvo, sino una violación en masa: "Una docena de mujeres posesas me arrinconaron contra un ascensor, abrieron las puertas, se metieron dentro y dieron al botón de parada. Yo empecé a rezar porque nunca había visto esa cantidad de mujeres en tal grado de excitación". La ascensorofobia de Jeremy es bien conocida por los psicólogos vallisoletanos. “En Valladolid es moneda corriente".