Los contribuyentes españoles han declarado este ejercicio, por primera vez, 13.700 millones de euros, que se reparten del siguiente modo: 2.600 millones en cuentas bancarias, 1.000 millones en inmuebles y más de 10.100 millones en fondos, acciones y seguros. Estos 13.700 millones de euros era dinero que todavía no estaba declarado, y que se une a los 45.220 millones de euros ya declarados anteriormente y otros 15.316 millones declarados por extinción o revocación.