"Foodini", como se le llama, no se diferencia mucho de una impresora 3D tradicional, pero en lugar de imprimir con plásticos, usa ingredientes comestibles que obtiene de cápsulas de acero inoxidable: "Es la misma tecnología", dice Lynette Kucsma, cofundadora de Natural Machines, "pero con los plásticos hay solo un punto de fusión, mientras que con los alimentos hay diferentes temperaturas, consistencias y texturas. Además, la gravedad trabaja un poco en nuestra contra, ya que los alimentos no mantienen la forma tan bien como el plástico".