En el momento en el que se están escribiendo estas líneas estamos en el año 2018. Un momento en el que la digitalización parece que es algo aceptado por todos. O al menos así debería ser. Porque, lo queramos o no, todavía son muchas las grandes corporaciones, no mencionamos ya las PYMEs o a los autónomos, a las que les cuesta dar ese paso. Una reticencia que suele ser consecuencia de dos ideas preconcebidas. ¿Por qué se va a cambiar algo que está funcionando? ¿No suena muy caro todo lo que tiene que ver con la digitalización?