Puede que no falte mucho tiempo para que los algoritmos salven vidas a diario, pero para eso los médicos tendrán que empezar a confiar más en las máquinas. Un equipo de la Universidad de Stanford (EEUU) dirigido por el destacado investigador de inteligencia artificial (IA) y profesor adjunto de la universidad Andrew Ng ha demostrado un modelo de aprendizaje automático que identifica arritmias cardíacas a partir de datos de electrocardiograma (ECG) mejor que un experto.