Está presente en la última versión estable de OS X Yosemite, la 10.10.4 y permite, en esencia, a un atacante externo instalar malware en un equipo Mac sin necesitar ninguna contraseña ni permiso adicional. El atacante puede entonces crear archivos y ficheros en cualquier directorio del sistema. La vulnerabilidad, que se une al primer gusano informático en OS X con capacidad para afectar al firmware de la máquina, es de carácter grave y afecta a todos los equipos Mac con las últimas versiones del sistema.