Twitch se ha convertido estos días en la perita en dulce de la industria del videojuego. Lleva siéndolo mucho tiempo, en realidad, pero la posible compra de Youtube ha avivado su presencia en lo mainstream. Y, a pesar de su absoluto protagonismo, en realidad Twitch es sólo el nombre más destacado de una tendencia que se ha ido haciendo más y más importante: aquella por la que ver un videojuego puede ser más divertido que jugarlo.