Telefónica quiere seguir metiendo presión a sus rivales, especialmente a Vodafone, que acaba de tomar el control del grupo de cable Ono, y para ello iniciará en las próximas semanas la comercialización de un servicio de banda ancha basado en fibra óptica que ofrecerá velocidades de 200 megas simétricos; es decir, que mantendrá la misma velocidad de bajada (desde Internet) que de subida (del usuario a la red).