Un inspector de policía descubre que M, la cual impartía seminarios a los alumnos de la Academia de Policía de Ávila, no era fiscal del Supremo, ni siquiera fiscal de carrera, tal y como ella misma se presentaba en redes sociales, en universidades e incluso en la prensa. “Intenta aparentar que detrás de S existe una vasta sociedad de científicos y un equipo investigador de personas altamente preparadas con altos conocimientos científicos –consta en el informe policial–, cuando solo existen ella y su marido"