Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos pasan por nuestras manos innumerables cosas de ‘usar y tirar’. La bolsa de la compra, la pajita del batido que te tomas, el vaso de café que pides de camino al trabajo, la botella de agua en la máquina de ‘vending’, etc. Hasta ahora, todo esto parecía muy normal, pero poco a poco nos hemos ido dando cuenta de que no tiene mucho sentido: no solo se trata de un derroche de producción de recursos limitados, sino que hace un gravísimo daño al medio ambiente.