El 30 de junio de 1908, un pequeño asteroide explotó sobre Tunguska, en una zona escasamente poblada de Siberia Oriental. Arrasó 2.000 kilómetros cuadrados, afortunadamente, sin pérdida de vidas humanas. Es el mayor impacto jamás registrado oficialmente en la historia de nuestro planeta. un impacto similar en la actualidad podría destruir una gran ciudad. La colisión con la Tierra de un asteroide similar o mayor es solo cuestión de tiempo, según el profesor Alan Fitzsimmons, del Centro de Investigación Astrofísica de la Universidad Queen Mary.