Esta tecnología se acoplará a los vehículos eléctricos de Volvo de nueva generación. Un software que se adaptará a la plataforma de gestión de baterías desarrollada internamente por la compañía sueca con objetivos muy claros: optimizar y aumentar el rendimiento de su propia tecnología de recarga. Según Volvo, esta nueva tecnología permitirá reducir los tiempos de carga entre un 15 y un 30% en los procesos de carga rápida del 10 al 80%, sin necesidad de que la autonomía o la densidad energética de la batería se vean afectadas.