Lo que sucede es que este malware, que ha sido bautizado como BadUSB, se infiltra en el propio firmware de la memoria USB, es decir, entre sus propios archivos de configuración, y no en la memoria flash, que es donde está almacenada la información de los usuarios. Por ello, por más limpieza que se le haga al pendrive, el malware BasUSB seguirá presente, y podrá infectar los ordenadores en que sea conectado