Ámsterdam, sembrada de canales, también está plagada de puentes que los cruzan, algunos tienen cientos de años y otros solo unos pocos. A lo largo de los siglos la ciudad ha visto cómo florecían puentes por doquier. Lo siguen haciendo y uno de los últimos que está previsto traerá algo nuevo, si esto fuera posible. Se construirá mediante impresión 3D y con ayuda de dos robots autónomos, que irán creando el puente sobre el aire, todo un espectáculo de la ingeniería.