La industria de la telefonía móvil, durante los últimos años, ha dado pasos agigantados, en aspectos como: resolución de pantallas, poder de procesamiento o calidad de sus cámaras. Todas estas mejoras han generado a su vez efectos negativos, como menor duración de las baterías. Otro efecto de estos avances está en que el espacio de almacenamiento de los equipos se acaba más fácilmente. Y aunque algunas empresas están ofreciendo variantes con más memoria (como los 128 GB de los últimos iPhone o la línea Galaxy S6), estas siempre son más caras.