Las preguntas suelen aparecer a partir de los 3 años. Si les mentimos más tarde o más temprano descubrirán la verdad y nos convertiremos en una fuente de información ‘poco fiable’ y por lo tanto, dejarán de preguntarnos. Un consejo típico para hablar de estos temas con los niños es ser natural. Y parece que la única manera de ser natural es no ponerse colorada y hablar de amores, desamores, atracciones, tocamientos, y (sí, también) de penes y vaginas .