De un tiempo a esta parte, cuando la gente sabe que vivo exclusivamente de escribir, me pregunta a menudo qué se tiene que hacer para abrir un blog y convertirse en blogger. Para poder trabajar con horarios libres y en cualquier sitio. Para que te inviten a viajes, restaurantes y hoteles. Para que te envíen productos y gadgets tecnológicos. Para acudir a preestrenos cinematográgicos. Y, encima de todo eso, para que finalmente ingreses suficiente dinero como para vivir de lo que haces.