En el capitalismo digital el mercado es impulsado y dinamizado por plataformas que generan nuevos ciclos de acumulación. Google, Facebook y Amazon se han posicionado como si fueran monopolios naturales, y las aceptamos como si fueran públicas, pero no lo son. Aceptamos con normalidad ser monitorizados por estas empresas, mientras ellas acumulan más y más poder. La sociedad parece haber renunciado a protegerse contra las nuevas formas de dominación digital.