La industria de los videojuegos avanza a pasos agigantados, pero continúa estando dominada por el machismo. La poca representación de las mujeres en los eSports, el acoso al que se someten las chicas gamers y el bajo número de desarrolladoras provocan que el sector esté notoriamente descompensado. Para paliar este problema, la diseñadora de videojuegos Ally McLean (que ha trabajado en juegos como The Witcher 3) se ha asociado con Igea, un organismo que representa a desarrolladores australianos, para crear la iniciativa The Working Lunch.