Lo revolucionario de la nueva máquina, detalla, es que “en vez de incorporar al acelerador lineal un escáner, incorpora una resonancia magnética de alto campo. Es decir, han incorporado al tratamiento radioterápico una información de la que hasta ahora no se disponía”. La calidad de imagen que da la resonancia, precisa, es “muy superior a la del TAC. Eso nos permite ver mucho mejor, con mucho más contraste, los tejidos blandos.