Crear bitcoins es un derroche económico. A diferencia de las monedas fiduciarias, cuyo coste recae sobre el gobierno que las está emitiendo, lo que en teoría mantiene los tipos bajos porque, de otra manera, no serían viables, el bitcoin requiere cantidades ingentes de electricidad y, de hecho, este algoritmo tiene un impacto directo sobre la demanda global. Recientemente se ha comprobado que minar bitcoins requiere la energía que consume Alemania en su conjunto, "y esto va a aumentar", avisan desde Citi.