Hablar en público siempre es un reto, ya sea porque quieres que se te entienda, porque quieres decirlo en tiempo o, en muchos casos, también porque además quieres emocionar. Empezamos a hablar en público de manera ocasional en el instituto. En la universidad, por obligación, tenemos que realizar numerosas presentaciones para distintos proyectos. Y finalmente, puede que en el trabajo, tengas que exponer temas puntuales. Aunque sólo sea en la reunión de turno.