Tres semanas antes del fallecimiento de Isabel Suárez, su sobrina Arancha Palomino la llevó a un centro médico privado en Rivas-Vaciamadrid -localidad donde ella y el actor Luis Lorenzo residen- tras aparentemente haber sufrido un derrame cerebral. La mujer de 85 años llegó a la consulta en silla de ruedas, con la boca torcida y sin poder hablar bien, balbuceando. Así lo declaró el médico que la atendió, J. F. C., según se recoge en el sumario del caso.