¿Y a qué tememos tanto? En realidad, preferimos no mirar cuál es nuestro papel en la relación, negamos aquello que ansiamos secretamente- ser amados – y que nuestro amante sea el bálsamo para nuestras carencias. Entre las expectativas que le ponemos al amor, está la de que el otro nos emocione, nos llene o cure nuestras heridas. Que nuestra pareja sea nuestro analgésico.