Aunque se pueda bromear con el término, la adicción al sexo es un problema psicológico que puede traer graves consecuencias sobre la vida y relaciones sociales de quienes la padecen.
Posturas, ropa, inquietudes y actividades de adultos forman parte de una atroz saga en la que las niñas dejan de serlo, cuando los padres las proyectan al mundo de los más grandes.