Hoy hemos conocido que la vicepresidenta del Gobierno con el PSOE, Fernández de la Vega, llamó a un dirigente del Banco Santander para que su presidente, Emilio Botín, estuviera tranquilo respecto a un juicio que tenía pendiente. Escandaloso, pero ¿sabéis de qué juicio hablamos? Empecemos... Entre 1987 y 1991 el Banco Santander comercializó unos productos financieros -cesiones de crédito- para evitar el pago de 2.600 millones de euros en impuestos. El Banco vendía dichos productos a los clientes y movía el dinero negro usando testaferros (...)